19 de Enero de 2024
Don Bosco dedicó su vida a la educación y la inclusión de los jóvenes más desfavorecidos. ¿De qué manera sigue viva su obra?
El Santo de los jóvenes entregó a ellos hasta el último minuto de su vida. La educación y la inclusión de los más desfavorecidos fue el compromiso que motivó cada una de sus acciones, que hoy renovamos en las Casas salesianas de todo el país sobre cuatro grandes pilares.
Educación
Razón-religión-amorevolezza, trinomio del sistema preventivo salesiano, fueron las bases de la acción educativa de San Juan Bosco. En espacios formales como en cada encuentro casual, para él la educación era cosa del corazón. Hoy las Casas salesianas siguen siendo ESCUELA: escuela de educación formal y escuela para la vida.
Formación para el trabajo
Si los jóvenes pudieran aplicar sus potencialidades y esfuerzos en tareas productivas, pensaba Don Bosco, cuánto más vacías estarían las cárceles. Por eso cambió las rejas de la prisión por herramientas, y con ello dio a muchos jóvenes la posibilidad de hacer cosas maravillosas con las que además “ganarse la vida” (en el sentido amplio de la expresión, no reducida solo a tener un medio de sustento).
Acciones sociocomunitarias
El juego también es un medio de aprendizaje y socialización que se comparte en un clima alegre y familiar. Las propuestas recreativas eran muy valoradas por Don Bosco, y hoy siguen vigentes en oratorios, batallones, escuadras, murgas y otras actividades juveniles.
Acciones misioneras y pastorales
San Juan Bosco soñó con la Patagonia como símbolo de llevar la acción evangelizadora a cada rincón del mundo. ¿Se habrá cumplido su sueño? La respuesta se puede encontrar en los misioneros y misioneras que comparten su vida con las comunidades más vulnerables en 132 países de presencia salesiana, incluyendo la Patagonia soñada por él.
La obra de Don Bosco se refleja en espacios y propuestas salesianas en Argentina y el mundo. Hoy continúa transformando la vida de millones de jóvenes.